Si tienes jardín en tu casa puedes emplear cualquiera de estos consejos (o mejor, todos ellos) para ahorrar agua.
- Selecciona especies autóctonas para tu jardín. Están más adaptadas al clima y al terreno de cada zona. Necesitarán menos agua y menos cuidados.
- Evita grandes superficies de césped ya que su riego consume gran cantidad de agua. Las praderas de césped gastan, por término medio, más de las dos terceras partes del agua de riego utilizada en jardines y zonas verdes. Una alternativa al césped tradicional es el rústico, que mezcla especies resistentes a la sequía y exige un menor mantenimiento.
- Utiliza plantas tapizantes o cobertoras, que sustituyen con éxito al césped, protegen el suelo de la erosión, limitan la evaporación, dificultan la aparición de malas hierbas y requieren muy pocos cuidados.
- Opta por un riego adecuado, que limite el sistema de aspersión a las zonas de césped y emplee riegos localizados a pie de planta (riego por goteo). De esta forma puedes ahorrar entre una tercera parte y la mitad del agua de riego.
- Programa y automatiza el riego por aspersión y por goteo para que se haga por la noche, o en las horas más frescas del día. Evitarás pérdidas por evaporación. Además, recuerda que el riego excesivo convierte tus plantas en menos resistentes a la sequía y más sensibles a los cambios climáticos y a las enfermedades.
- Instala un sistema para aprovechar el agua de lluvia. En las viviendas unifamiliares, el agua de lluvia que discurre por los canalones puede recogerse en un pequeño depósito para ser empleada para el riego del jardín o limpieza.
- Si tienes piscina lo mejor es cubrirla mientras no se utiliza, así reducimos su evaporación y suciedad y podrá reutilizarse durante más tiempo.
- Lava el coche con un cubo, o utiliza un lavacoches. Si enchufas la manguera el gasto de agua será incontrolado.
La próxima semana: Ahorro de energía: La iluminación.