Según la organización europea, la mayor parte de los residuos son plásticos, como bolsas, botellas o de espuma de poliestireno, consecuencia del “dramático” incremento de su consumo y la insuficiente o nula gestión de los residuos. Además, alrededor del 10 por ciento de la basura total de los océanos son redes de pesca desechadas.
Consecuencia de ello, ha indicado que existe una isla de basura que flota en el Pacífico, del tamaño de Europa, y se conoce otra de menor tamaño, de cientos de kilómetros de largo, que nada por el Atlántico Norte. Mientras, también, hay basura dispersa en las zonas costeras que, continuamente, aparecen en las playas y, también, se acumula en el fondo.
Los plásticos del mar son ingeridos por, al menos, el 43% de los cetáceos, todas las especies de tortugas marinas, el 36% de las especies de aves marinas y muchas especies de peces, a nivel global.
En este sentido, la EEA ha indicado que estos ‘microplásticos’ pueden contener sustancias químicas nocivas como los contaminantes orgánicos persistentes (COP) que no sólo envenene a las especies que lo engullen, sino que podrían llegar hasta el ser humano a través de la cadena alimentaria.
Consecuencia del previsible aumento de los problemas derivados de la basura en los océanos, la institución ha señalado que los dirigentes mundiales reconocieron la magnitud del problema, comprometiéndose, en la Cumbre de la Tierra de Río 2012, a “reducir significativamente la basura marina en el año 2025″.
En esta línea, la EEA planteará los desechos marinos en la próxima evaluación del estado del medio marino, que se publicará en otoño de 2014.
(Fuente: Boletín electrónico ecoticias.com)